miércoles, 19 de diciembre de 2012

Consejos para cuidar la higiene bucal


Tener una correcta higiene dental es fundamental a la hora de evitar ciertas enfermedades y tener un buen estado de salud. Cuando se trata de limpieza bucal la calidad es siempre más importante que la cantidad. Conocer la forma correcta de limpiar nuestra boca nos ayudará a tenerla siempre en perfecto estado.
Los especialistas recomiendan no realizar más de dos o tres limpiezas diarias, porque un cepillado excesivo puede disminuir el esmalte de la dentadura. Para que la limpieza sea más eficaz lo mejor es utilizar un cepillo con un cabezal pequeño y redondeado que llegue a todos los rincones de la boca.
Uno de los aspectos en los que coinciden todos los odontólogos es en la necesidad de utilizar hilo dental al menos una vez al día. El hilo es fundamental para la limpieza de las juntas de los dientes, donde el cepillo no puede llegar. En los casos en los que existe algún espacio entre los dientes lo más recomendable es usar un cepillo interproximal porque permite limpiar con profundidad las caras laterales de los dientes.
Lo normal es cepillar los dientes después de cada comida, dejando un reposo de entre 10 y 20 minutos para evitar los restos de algunos alimentos, como el azúcar, que puedan dañar el esmalte. La limpieza más importante es la que se realiza por la noche porque es cuando hay menos producción de saliva, por lo que es más frecuente que se forme placa bacteriana.
La limpieza de la lengua es uno de los puntos fundamentales a la hora de tener una boca limpia. Hoy en día existen cepillos de dientes que incorporan limpiadores linguales en el reverso de las cerdas. También puede aprovecharse el propio cepillo, pero no es la opción más recomendable porque las cerdas no están pensadas para esa función.
Al contrario de lo que puede pensarse, la pasta de diente no es un aspecto de gran importancia para la higiene bucal. Aparte del flúor, el resto de componentes están más orientados a dejar una sensación de limpieza y bienestar que a contribuir decisivamente a la limpieza.