Los enfermos que se someten a
radioterapia deben evitar la exposición solar en las zonas en las que se está
recibiendo el tratamiento. Así lo aconseja la Sociedad Española de Oncología Radioterápica
(SEOS), que incide en la necesidad de que los pacientes se protejan la piel con
cremas solares de alta protección hasta un año después de que finalice el
tratamiento.
Además de la irritación cutánea y
el fotoenvejecimiento, la exposición al sol tiene un efecto carcinógeno que
puede acentuarse en las personas que se han sometido a radioterapia. Evitando
el contacto directo con el sol se reduce la posibilidad de que la piel que fue
irritada durante el tratamiento vuelva a irritarse a causa del sol.
Otro de los aspectos a los que
hay que prestar atención durante los meses de verano es a la alimentación y la
ingesta de bebidas. La dieta debe variar en función de la zona sobre la que se
realice el tratamiento, pero lo fundamental es mantener una alimentación
variada y equilibrada. En cuanto a la hidratación es importante vigilarla sobre
todo cuando se trata de personas mayores.
Según el SEOS, los pacientes
pueden continuar con su ritmo de vida habitual siempre que los efectos
secundarios del tratamiento no se lo impidan. Como recomendación señalan
disminuir la actividad para reducir el estrés y la fatiga.
Los expertos aconsejan mantener
una adecuada higiene de la piel, usar jabones suaves con ph neutro, no frotar
cuando se limpia la zona tratada y no aplicar productos con alcohol sobre la
zona. Es fundamental prestar atención a
las recomendaciones de médicos y enfermeros sobre qué productos utilizar para
limpiar y calmar el dolor producido en el piel.