Beneficiarse de la dieta
mediterránea puede reducir en un 30% el riesgo de padecer una enfermedad
cardiovascular y disminuye hasta en un 70% la posibilidad de volver a sufrir
una patología de este tipo si se ha sufrido con anterioridad. Así lo ha
anunciado la Fundación Española del Corazón (FEC) tras conocer las conclusiones
extraídas del ensayo 'Lyon Diet Heart Study', elaborado por la Asociación
Americana del Corazón.
Este estudio ha probado la
eficacia de mantener una buena alimentación para tener unas condiciones óptimas
de salud tras sufrir un primer infarto de miocardio. En la investigación se
proporcionó a un grupo de personas con riesgo coronario durante 46 meses una
dieta basada en pan, hortalizas, verduras, pescado, fruta y un menor consumo de
carne roja. Los resultados determinaron que aquellos que siguen una dieta de
estilo mediterráneo tienen entre el 50 y el 70% menos de posibilidades de
padecer de nuevo una enfermedad cardiaca.
La alimentación se configura como
un elemento clave a la hora de prevenir y tratar cualquier enfermedad relacionada
con el corazón. Las dietas bajas en grasas de origen animal y que potencian el
consumo de frutas, verduras y productos integrales disminuyen el nivel de
colesterol en la sangre, uno de los principales factores de riesgo
cardiovascular.